miércoles, 15 de mayo de 2013

Sí, Kipling, si

Puedo llenar una inexorable vida de miles y millones de segundos de lucha bravía.
No quiero la Tierra ni nada de lo que en ella hay, pero quiero ser un hombre, padre.
Padre, te tuteo desde dentro de ti. Por primera vez en tantos años compartiendo vida y compartiendo muerte. No aprendí a ser hombre. La lucha, me la enseñaste. El desapego, me lo mostraste. La humildad me la contaste. La valentía, me la exhibiste. El desapego al poder, lo usaste. La carcajada ante el halago, me la impusiste.... Algo se nos olvidó padre. Todo lo que te vi, lo tamizo como oro. No sale polvo de hombre. Siempre salen virutas de culpa, padre. Algo se nos olvidó.

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