miércoles, 22 de mayo de 2013
Pliegues
Lo mejor de los plegamientos son los terremotos. Masas de razones desplazándose lentamente y ascendiendo apoyadas unas sobre otras. Da igual la materia de la que esté compuesto el magma. Lo importante es el día. Si te pilla con el paso marcado, fantástico. Emergerá un montículo de alegría y apego desmedido. Pero, ¡ay si te pilla con el paso cambiado! Surgen colinas de desafecto. Lo que interesa de estas cordilleras es que descansan sobre una llave ligera, sobre una roca pómez fácil de extraer. Sobre todo si coincide con uno de esos días excelentes en los que la soberbia se piro por el sumidero. Dejas que te ayuden a tirar de ella y toda la ortografía se allana. Se puede ver el horizonte sin sobresaltos. Discurre suave allá a lo lejos. Sin éxtasis ni reproches. ¡que grande es la catadura humana de todos los que me rodean! Va por ellos este brindis. ¡A la salud del Caloyo!
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