No tengo una neurona, como correspondería a mi condición sexual. Tengo dos. Pero son de plástico. Y neuróticas. Hoy se aman y mañana se odian. Una es redonda. La otra, un triángulo de cuatro lados.
Quieren ser públicas, que no rameras, y una ha dicho que quiere un megáfono. La otra, un blog. Se lo han jugado a los chinos. Ha ganado los cuatro lados y tres ángulos. Y aquí están.
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