El cabrito colgado del gancho, no es tal. Se ofrece con ese aspecto porque el cerdo vende menos. Es una careta comprada en el mercadillo de la impostura, el que se celebra todos los días en ese pueblo vacío dónde nadie reconoce vivir.. La mentira, esa impresionante pala mecánica, la más poderosa fabricada y que nos regalan al nacer, intenta ocultar cada noche a la masa de falsos brujos que mangan y se pegan todo lo que no sea suyo. Normal. Están vacíos.
Las pantallas han hecho de lo ajeno librillos de fumar sin fin. Sacas uno del paquete y no importa. Quedan infinitos más. Le das con agua y harina, lo pegas al que mangaste ayer y ya está. Ese pueblo produce de todo para todos. Sábanas y sábanas, rollos de un peso falso al que le cuelgas unos plomos, y como peces, a picar. Casi nadie se entera que el rollo es un émulo de un lagarto de un Gaudi tonto que se pasea por Güell alguna vez.
Yo conozco a uno que acusó a un mercader por tomar prestada una patena para colgar de ella su librillo. Y eso que con su juventud ya tiene casi quemado el monitor. Se ha fumado el amazonas en recortes, pero como parece cabrito, se está vendiendo carillo y así saca para miles de millones de pantallas de esas que se dejan recortar. ¡Será cutre! Perdón, cute quería decir. La "paste" de unir es baratita. Harina y agua.
luego sigo, que ahora me duele bastante el tajo grapado que me hice el otro día.
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